Cómo Empezó Todo
En 2019, Rodrigo Valdemar acababa de dejar su puesto en una consultoría grande de Madrid. La razón era simple: estaba cansado de vender servicios que sonaban bien en las presentaciones pero fallaban cuando tocaba implementarlos.
Se mudó a Granada con una idea clara. Quería crear algo diferente: una empresa que ayudara a otras empresas con sus números, pero de verdad. Sin promesas vacías ni sistemas complicados que nadie entiende.
Los primeros meses fueron duros. Rodrigo trabajaba desde un pequeño despacho cerca de la Catedral, con dos clientes que le dieron una oportunidad. Pero esos dos clientes empezaron a ver resultados reales en sus procesos contables.